Discurso de cumpleaños (2021)
La
primera vez que cumplí 21 años fue hace 21 años
hace
pocos había asistido a mi primer taller de poesía
y
me había ganado algunos premios;
uno
en una institución estatal que daba tarjetas para jóvenes
otro
en el centro cultural que era la previa de la cantina de turno
y
otro en la universidad donde estudiaba
y
donde fui tan infeliz como lo fui ahora.
En
aquel tiempo hermoso con Paula cruzábamos la ciudad
de
punta a punta como la estrella que era en nuestra noche
llena
de signos, encuentros, ocurrencias, belleza
pero
también de miedo, angustia, soledad y decepción.
Nunca
fui tan uno con alguien y ese uno no éramos nosotros
éramos
la poesía que vivimos con todo, contra todo, por todos.
El
siglo XXI se nos derrumbó en la cabeza
y
quisimos hacer estallar la torre Telefónica
con
el caballo de Manuel Rodríguez
dinamitar
el Museo de Bellas Artes con velas de santos
quemar
la propia universidad y todas sus muñecas;
yo
no dejé de escribir de casas en llamas y ciudades destruidas
países
de rodillas y continentes heridos
cuerpos
que se transformaban en lo que más aborrecían
en
una suerte de pesadilla que llamé Manicomia
de
la cual yo al menos nunca salí.
Entre
los restos y ruinas de ese Fuego Paralelo
apareció
mi primer librito, No!, hace exactamente veinte años
y
lo escribí con tanto odio que todos creyeron que era amor
luego
aparecieron Este libro se llama como el que yo una vez escribí
y
El barro lírico de los mundos interiores más oscuros que la luz.
Esos
tres ladrillos reunidos conforman [guion] que junto a [coma] e [y
punto]
son
ese libro delirante y desbordado llamado La Divina Revelación
y
cuyo único secreto develado es poder haber escrito mi infierno
y
volver con una pequeña flor sangrando en la muñeca que es él.
Lo
comencé en 1999 mientras esperaba el fin del mundo
y
se publicó a fines del 2011 mientras esperaba nuevamente el fin del mundo.
Efectivamente
todo comenzó a desmoronarse desde ahí
y
mi vértigo fue la poesía.
Quise
crear destruyendo
quise
imaginar para olvidar
quise
recitar insultando
quise
escribir para que me desconozcan
quise
viajar por Latinoamérica para no ser más chileno
quise
ser otro como nadie
para
poder finalmente ser yo mismo.
Debajo
de la Lengua
fue el libro donde me arrojé
hice
poemas detestando los poemas
mostré
sentimientos detestando los sentimientos
le
hablé a seres humanos detestando a los seres humanos.
Besé
a Perú, me acosté con México y amanecí en Latinoamérica
reescribí
los gestos, miradas y cuerpos que son los libros
cuando
uno viaja para dejarlo todo y nunca volver.
He
estado más en aviones que en casas de amigos
más
en hoteles que en museos intentando perdonar al mundo
en
carreteras, terminales y barcos que lo único que quieren
es
volver al fondo del mar como yo
siguiendo
los mapas marcados con estrellas
que
es cuando el fin llega a su fin.
El
2012 comencé OIIII
asumiéndonos
en un planeta extinto y que la humanidad
no
fue más que un instinto de supervivencia
que
lo único que ha hecho hace siglos es intentar contestar
la
misma pregunta que nos estamos haciendo hoy:
¿cómo
llegamos a esto?
La
Naturaleza no tiene palabras por eso no morirá
todo
lo que habla y escribe sí
porque
el lenguaje es esa muerte:
fragmentos,
esquirlas, retazos
de
una vida que fueron todas
las
que pudo ser un nombre.
Esta
es la última presentación que hago de mis libros
al
menos de mis libros de poesía y acá en Chile;
allí
están esos tres hijos bastardos de un bastardo
y
ahora que están crucificados frente a ustedes
la
única posible resurrección de ellos son estas palabras.
Ser
feliz en un mundo infeliz me parece despreciable
estar
cómodo con la mierda alrededor es convertirse en mierda.
Todo
lo que llegué a tener, a ser, a poder se los regalo
yo
nunca lo busqué y dejarlo me es tan indiferente
como
me son esos que siempre lo quisieron.
Las
putas de la belleza ganaron
los
perros de la poesía vencieron
la
escena que construimos con mis amigos
decidimos
abandonarla a su mala suerte
y
no dudaron en convertir el campo cultural en un mercado.
No
lo dudaron ni un segundo
porque
allí triunfa todo menos la escritura
y
eso jamás nos lo quitarán.
Estamos
viviendo el luto de nuestro tiempo
que
es lo que celebro hoy
con
estas dos mil páginas de noches sin dormir
y
dejando atrás todo lo anterior.
Renunciar
es hermoso
abandonar,
desaparecer, olvidarse
destruir
lo hecho: sacrificarse en vano.
Espero
que esta sea la última vez
que
cumplo otros 21 años.
RIL Valley
Los Leones 2258
Santiago, 25 de noviembre, 2021
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